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Historias de Rock con el 8: Hora Zulú.

Normalmente reseño discos que tienen unos años, pero hoy vamos a hacer un truco, y es que tenemos recién salido del horno un recopilatorio de una de las bandas más flipantes que me he echado a la jeta. Nu metal, rap, guitarreo y un poco de flamenco envuelto en raíces andaluzas y con un mensaje claro: Hora Zulú son los putos amos. Y punto.

Por Teodoro Balmaseda
La parada del mes: Hora Zulú: Limpiar, Fijar y dar Esplendor. 2021.

Tengo un dualismo dentro del coco que ni yo mismo entiendo. Por una parte, veo el mundo como algo muy grande y peligroso, y me siento cómodo en este pedacito de planeta que me ha visto venir al mundo, pero por otro, me siento conectado a los parias de la tierra. Me veo reflejado en la mitología clásica, en los pensadores de la Ilustración francesa, en los filósofos de todos los tiempos… aunque como especie somos poco menos que una plaga para el planeta, hemos hecho cosas alucinantes, y somos capaces de exportar principios, ideas, aplicables de forma universal o que trascienden el paso de los siglos. Con las letras de esta banda me siento como leyendo un relato de Bukowski o un poema de Machado: no me conocen, ni los conozco, nuestras culturas difieren, pero hablan de mí.

Sin desmerecer al resto de la banda, creo que lo que les da la distinción es la batería. Sólo hay que oír los primeros compases de Agua de mayo para darse cuenta. Guitarras españolas, pero batería que podría estar entre Nine Inch Nails y Korn. Platón hablaba de las tres almas del hombre: racional, emocional y visceral, y esta canción es una historia de amor desde el alma visceral. Es romántica, pero es bruta, irracional, instintiva. Estoy sudando y sin ti / no voy a poderme dormir / si no te puedo tener, no tengo na’ que perder / tengo que sobrevivir. Ni yo puedo explicar por qué, pero es como si fueran ideas en estado puro pasando de un cerebro a otro como por osmosis.

Tango demuestra la calidad instrumental de la banda, y las influencias. Nada más empezar, sin pensarlo, entre Slipknot en Surfacing y Def con Dos. Ojo lo que reparte el bajo en las estrofas, pero suena a rock alternativo en los estribillos. Si mis palabras pueden generar una imagen en tu mente, imagina una lucecita pequeña en los cascos que va ganando fuerza a medida que entran en tu cerebro, hasta dejar tu cráneo como un árbol de Navidad. Es pura rabia: Cada vez más gordo / cada vez más sordo / cada vez más…

A esto me refiero. Lo más cerca que estado de Andalucía, Getafe, pero me siento como si estuviera a su lado en el videoclip. Ponlo a toda hostia mientras andas por la calle y aparecerán a tu alrededor, como si estuvieras rodando con Scorsese. Vengo andando rápido y con una idea dentro / pasando de naciones y andaluz de nacimiento.

Cualquier bandera es tan grande como la gente a la que representa. Si se usa como arma arrojadiza para eliminar a veintiséis millones de hijos de puta… o no es tan grande, o no se está usando bien.

¿Se puede mezclar a Julio César con Unamuno? Ponle una guitarrita española, unas estrofas rapeadas y tienes una puta obra maestra. Y yo fui, vi, vencí y por el camino no me convencí / te voy a contar pa’ ti, pa’ mí, que sólo una cosa yo quiero a morir. Innegable la raíz de Medina Azahara o de Triana en el tuétano de estos artistas. Las guitarras de los estribillos podrían ser de Linkin Park. Esa es la idea que repito, cogen algo muy andaluz, lo mezclan con guitarreos contemporáneos y le dan con la letra una concepción muy universal.

Golpes de pecho es la más acústica. Ojo, que no haya distorsión no quiere decir que sea una baladita facilona. Crean con las cuerdas una especie de espiral oscura a los Alice in Chains que me deja clavado. Si, la reacción es siempre la misma: música chula, letra acojonante, y yo babeando.

Me podría tirar todo el santo disco diciendo lo mismo, pero repetirse mucho no suele ser buena idea cuando tengo que competir con los post y el porno, así que nos vamos a quedar con la última, que no por ello menos importante: De-que-rer-ser. Tienen un ramalazo a lo Pink Floyd que es un espejismo que se sumerge en esos guitarreos maniacos, esos ritmos psicóticos de batería y el colosal bajo. Ven y me cuentas porqué estás triste / ¿Te comentaron que Dios no existe? / Que no hay un cielo y que tu infierno / es saber que jamás tu verás lo que viste.Haya o no otra vida cuando se nos pare el corazón, el cielo o el infierno son muy terrenales… lo jodido es cuando los desencadenan factores externos sobre los que no podemos influir. Ni tengo tiempo, ni son las horas /pa’ que me cuentes por qué ahora lloras / cuando te canses de este veneno / voy a explicarte en el infierno que me quemo. Sho-hai en su disco en solitario hablaba de algo parecido en Infierno con guitarras.

Por hablar de un pedacito pequeño del planeta, de gente humilde, pero tratar temas universales. Por mezclar las nuevas concepciones de las cuerdas de acero que me flipan con otros estilos de los que no tengo ni puta idea, pero crear algo inmortal, a la altura de poesía del siglo XXI:

Hora Zulú. Limpiar, Fijar y dar Esplendor.

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