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Tu no tienes redes sociales

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Por Greengoat

Tú no tienes redes sociales…es decir, no eres realmente el dueño de tus cuentas en redes sociales. Le pertenecen a un tío en Silicon Valley que es el dueño de los servidores donde se aloja tu información. Piénsalo un momento…

Piensa en lo que implica para tu proyecto. ¿Qué pasaría si tus cuentas se borran?

No se como hemos llegado a esto, pero nos hicieron creer que estas redes (donde volcamos años de fotos, audios, videos, conversaciones, amistades) son nuestras. Nuestro espacio. Nuestra comunidad. Pero no lo son. De hecho en el momento en que subimos algo perdemos el control sobre ello.

Esos espacios que llenamos con nuestra creatividad son nuestra pequeña ventana al mundo y una forma de llegar a personas a las que antes no podíamos llegar. Las redes sociales parecían un paraíso para expresarse, una forma para que artistas independientes conectaran con gente de todo el mundo que comparte sus intereses. Y lo fueron por un tiempo. Pero ahora… es un caos lleno de políticas confusas reguladas por rutinas automatizadas, rutinas que silencian a las mismas personas que hicieron de esas plataformas lo que son. Y, por encima de todo,
el misterioso algoritmo que decide si tu publicación llega a 10 personas o a 10 millones dependiendo de… lo que el dueño de los servidores (y sus accionistas) quieran.

Entonces, ¿qué pasa si nuestras cuentas desaparecen? ¿Qué pasa con nuestra comunidad? ¿Qué pasa con nuestra pequeña ventana al mundo?

Parece como si estuviéramos gritando en las plataformas mientras el algoritmo decide si alguien nos escucha. No estamos encadenados, pero estamos esclavizados por los likes, las notificaciones y la promesa de un supuesto retorno que nos obliga a generar contenido constante (no arte, contenido) solo para mantener nuestra “presencia” o lo que sea… Esclavitud del siglo XXI en su máxima expresión.

Nos dicen que el arte es gratis en internet y que tenemos que trabajar nuestras redes sociales si queremos “existir”, pero cada porcentaje, cada like, es otro hilo que nos ata a un sistema que no controlamos. El arte no es libre si su valor lo dictan las métricas. Y sí… las métricas son las que dictan nuestro valor, ¿no?

No somos dueños nuestras redes sociales, somos proveedores de contenido cuyo rol principal es captar la atención de los usuarios para el beneficio del dueño del servidor, mientras nos alimentan con la ilusión de la conexión.

Entonces, ¿qué significa esto para la cultura? ¿Cómo ser artista si un robot elige qué se escucha y qué se olvida?
El algoritmo no descubre el arte, lo monetiza. Todo lo que no genera interacción inmediata se borra silenciosamente del canon digital. A las plataformas sociales no les importa la cultura. (Hablaremos del algoritmo de las plataformas de streaming en otro momento). Pero bueno, la historia nos muestra que el arte siempre encuentra su camino y tal vez la tecnología pueda estar de nuestro lado esta vez.

No se trata de volverse loco con la tecnología, sino de cuestionarla, reinventarla y crear espacios que de verdad nos pertenezcan. ¿Qué pasa con la tecnología ética? Por eso seguimos buscando alternativas, porque sentimos que tiene que haber vida fuera de la burbuja de estas redes. Hay comunidades crecientes y nuevas formas de conectar. Estamos buscando, aprendiendo e iremos compartiendo lo que descubramos.

Entonces, ¿qué podemos hacer mientras tanto? Podemos empezar por aceptar que las redes sociales son solo un conjunto de ventanas temporales que usar mientras sirvan. Podemos usar nuestra creatividad para pensar nuevas formas de conexión. Podemos pensar en quién alimenta realmente estos sistemas y cómo se reparten los beneficios. Podemos volver a pensar por qué hacemos música y por qué creamos arte cuando todo está cambiando.

Aunque a veces parezca que no hay salida, sentimos que la creatividad es el mayor acto de rebeldía en un mundo esclavizado por el algoritmo, porque incluso la pieza de arte más pequeña e insignificante puede despertar una idea en la mente de alguien.

Las plataformas pueden desaparecer, pero las historias que cuentas y las emociones que despiertas siguen vivas.

Ellos son dueños de las redes pero la cultura nos pertenece a todos

Greengoat es un proyecto transmedia que une música, visuales y narrativa.
Este texto fue publicado originalmente en inglés el 19/06/2025

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