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Staind: Break the Cycle (HR8)

Teodoro Balmaseda: Historias de Rock con el 8.

 

 

La adolescencia es una edad muy compleja a todas luces, y para mí no fue nada fácil. Buscamos nuestro hueco en el mundo, reafirmar nuestra autoridad, las relaciones con la gente cercana… todo se vuelve complicado y urgente, y lo que ahora, con el peso de la edad y la rutina vemos como nimiedades, entonces eran asuntos de vida o muerte. Me acuerdo perfectamente de este álbum en la portada de una revista especializada y el titular “¿Los nuevos Nirvana?” en una letra enorme.

 

La parada del mes: Staind Break the cycle. Año 2001.

Break the Silence...de los StaindSólo había una tienda de alquiler de discos en todo Logroño. Y la tabarra bendita que les tuve que dar a mis colegas hasta que me agencié el mío (aún lo tengo, conservado con el amor que tienen las torrijas de una abuela). Y las vueltas que dio. Si las cintas del Garaje Inc. estaban ya inservibles, este cd acabó con más surcos que el maizal de Cletus, el de Los Simpson.

Hacía muy poco que acababa de descubrir un recopilatorio de Nirvana que me había dejado huella, y al leer el titular y ver tanta expectación al respecto, lo devoré. No tengo un recuerdo concreto, pero sí que me viene a la memoria los fines de semana, antes de irme por ahí con los amiguetes, me tumbaba en la cama a escuchar música, y este fue escucha privilegiada durante meses.

Movido por la curiosidad, investigué un poco (dentro de mis posibilidades, que Google estaba muy fuera de mi alcance). El frontman,  Aaron Lewis había tenido una infancia muy jodida: sus padres tenían un matrimonio muy traumático que terminó en un divorcio desolador, sufría acoso escolar y, según ha dejado a entrever, algún otro tipo de abuso. Todo esto le generó unos traumas internos y una inseguridad crónica que se le notaba en sus relaciones sociales y que impregnaban el trasfondo de sus letras.

Me pasa con este tipo como con los MetallicA. Su música (más antes que ahora) conecta con una parte de mi cerebro hasta un punto que memorizo la melodía a la primera escucha, pero cuando los oigo hablar sobre todo de política… pues me tengo que ir al retrete a la carrera.

En su favor diré que su punto de vista sobre el control de armas en Estados Unidos me hizo pensar y replantearme mis opiniones al respecto, muy refrescante, sobre todo a mis diecisiete años, que tenía convicciones muy fuertes, pero poco argumentadas.

Open youreyes… comienzo brutal, guitarras muy pesadas pero muy pausadas, transmiten dolor, pero como si se regocijaran en su miseria.

Pressure… los efectos que le ponen a la guitarra en el estribillo me volaban la cabeza. Debo haber escuchado este disco medio millón de veces y me siguen enamorando.

It’s been a while… recuerdo ver el videoclip en la VH1 de casualidad y me dejó sin palabras. Tuve que buscar la letra traducida para completar lo que entresacaba de oído.

Pero lo que me enamoró por encima de todas las cosas fue el bonus track. Outside en acústico colaborando con Fred Durst, de los LimpBizkit. Muy a posteriori he sabido que en Europa fue diferente al álbum en América.

Las mejores canciones casi nunca son las más complejas. Por aquel entonces peleaba por aprender a rascar un poquito el bajo, y cuando vi la tablatura, tan fácil incluso para un negado como yo…

But I’monthe outside

I’m looking in

I can see through you

See your true colors

‘Cause inside you’re ugly

You’re ugly like me

I can see through you

See to the real you

Ni sé las veces que la he tocado, y con los dedos, no con púa, para demostrar dominio.

 

Grandes discos del rock: Break the cycle, de Staind.

 

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