Tengo que empezar pidiendo disculpas. Normalmente tengo unos plazos, unas fechas disponibles cada mes, para escribir mis cosillas y que el mejor maño de todos los tiempos, Santi Pekeño Ternasko, aloje amablemente mis escritos, pero se me jodió el ordenador.
27 días —sin las 500 noches— porque la placa madre decidió inmolarse en pos de la obsolescencia programada. Entre que me puse bien y me estuve quieto, se me pasó el arroz. Así que tengo que resarcir a don Santiago con metal satánico y divertido.
Por Teodoro Balmaseda

Unatøned empieza con un vistazo a la portada. Una calavera cornamentada mirando, como si pretendiera dar de beber, a una cabeza decapitada, que, por lo tumultuoso del cabello, bien podría ser Medusa, o incluso Perseo en la más reciente reinterpretación del mito. Empezamos bien. Vienen tiempos violentos, hablemos de violencia.
Atomic Revelations hace como siempre, tres segundos de pianito suave y toma ya, como si me hubieran estrellado el careto contra la mesa. Estoy pensando en la vanidad humana, siempre rozando la hibris que traía casi todos los males en tiempos de la antigua Hélade (no lo llames Grecia, es la República Helénica, o Hellas. Grecia era la provincia romana). Ya pasó en el Covid: cuando economista, ingeniero, subdirector regional del campo de la excelencia… mirando encabronado desde el balcón salir de casa a su vecino barrendero porque eran trabajadores imprescindibles, y los chupatintas no.
Unbound le pone una banda sonora a mi coco. Estoy encabronado, pero sin prisa. Mi sangre no es bicarbonato, es lava, quema, pero despacio. A lo que voy. Allá por el 28 de abril nos creíamos la rehostia, el culmen de la creación, la máxima expresión de la tecnología y la civilización… hasta que internet se fue a la mierda. De repente, como una bofetada, un baño de realidad: es de primero de alienación, como dijo el viejo Karl. El 90% del trabajo, y/o de nuestra vida, es efímero, y se lo lleva el aire… o el servidor colgado. Yo ya venía espabilado al haber estado bastantes días sin ordenador (tuve que comprar uno nuevo, que, por cierto, me ha costado un huevo y la yema del otro), así que mi apagón, de apenas unas horas, fue una siesta cojonuda y una comida informal —leche con galletas, tortilla chips y una lata de sardinas: síganme para más recetas.
Outsider tiene esas mismas guitarras filosas. El líder debe ser un capullo —habrán pasado como treinta músicos en una formación de cuatro—, pero sabe lo que se hace, o sabe combinar melodía y tralla. Pues, cuando la luz volvió, no puedo evitar sonreír viendo a la gente. Putos amos que estaban sentaditos al sol encantados de la vida «salvo que la cervecita no está fría», pero también mucho imbécil llamando al canibalismo, al acopio y a la sublevación militar contra el gobierno, porque no se puede tolerar estas cosas. Curiosamente, llevan años avisando de futuros apagones, más o menos prolongados, pero, hasta que no nos pilla el toro, no escuchamos a nadie. Y otra de hibris. La culpa del apagón son las renovables. Hay que volver a las nucleares, al carbón… pero al azadón no, que cansa, y a la tele en blanco y negro tampoco, que se ve mal. Nos ha jodido.
Not long for this world demuestra que Machine Head sigue siendo una de las bandas que mejor combina pegada y melodía, punteos, riff y baterías leñeras. Conclusión del apagón: en cuanto se sospecha que han podido ser las propias eléctricas que, como no ganan, cortan el grifo: circulen, no hay nada que ver. Una empresa privada pensando en sus beneficios por encima de las vidas de los demás. ¿Cómo puede ser? ¿Tienes ya tu seguro privado? Por 20€ al mes, si das a luz o te tienes que operar, te cubren los 20.000€ de factura… pero por los cojones (sí, pero por los cojones es un riojanismo, equivalente a «va a ser que no», o al «hoy no…¡Mañana!»).
Theses cars won’t define us. Baterías a toda hostia, suenan guitarras eléctricas dentro de mi coco para cambiar de tema. Qué maravilla es la religión. A ver, que lo he abordado muchas veces —en alguna ocasión he puesto al blasfemo Pekeño Ternasko a un tris de decir: «alabado sea el Señor»—. La idea metafísica de Dios me parece respetable, al menos para darle el beneficio de la duda, pero es esa cúpula eclesiástica que ha tratado de hacerse pasar por Dios, como decía Nietzsche en El Anticristo. «Si no me obedeces a mí, niegas a Dios mismo». Pues resulta que ha espichado Bergoglio. Memento mori, que les decían a los senadores romanos. Lo curioso es la vuelta que ha dado la vida. Ultracatólicos ultraconvencidos de su ultraverdadultrainamovible y de la ultrapureza de sus ultraconviccionesultrafundamentalistas pidiéndole al altísimo que se llevara de una puta vez al viejo tocapelotas.
Dust maker es una buena analogía para Francisco I: un fabricante de polvo, en el sentido de dejar una buena polvareda a su paso. Siguiendo el principio de Leonard Cohen, sabiendo quién está en contra, sabes tu propia opinión sobre un tema, oyes al pagapensiones de Inda o a toda la escoria casposa de la derecha hablar del Papa como si fuera el Ché Guevara con túnica y empieza a caerme bien. Luego lo oyes con sus «mariconeos» o con el tema del aborto, y me viene la urticaria.
Bones crapery su charles juguetón es un buen inciso. Hablemos del puñetero aborto. El aborto es un DERECHO. Ser un DERECHO no lo convierte en una OBLIGACION. Por ejemplo, tengo derecho a pasear por el parque de al lado de mi casa, pero, si quiero conducir, tengo la obligación de llevar la ITV, el seguro y el carnet de conducir al día. En cuanto rascas un poco a los antiabortistas, salta la misoginia: es que se acabará con la natalidad mundial. Es que las mujeres han ido demasiado lejos. A ver, y el recientemente fallecido el primero: tengamos cabeza. Nunca, jamás en la historia, ha habido demasiados derechos, y el aborto garantiza una mínima dignidad a mujeres que, en determinados casos, no pueden hacerse cargo de la prole venidera.
Bones crapery y su ritmo machacón me dan pie a la conclusión: Francisco ha sido un Papa avanzado, sobre todo en contraposición a Ratzinger o a Juan Pablo II, fervientes anticomunistas, simpatizantes de la extrema derecha y del ala más rancia de la Iglesia. Eso sí, Francisco ha sido un buen Papa… para los años setenta. El día que tengamos un Papa sin un delay de medio siglo… pues va a ser la hostia.
Leoncito, a ver cómo te las gastas. De momento, dice que tiene bastante cercanía a la teología de la liberación, y que el Opus le da el mismo sarpullido que a Francisco. No es fácil poner a los Torquemada en el siglo XXI, pero habrá que esperar a verlo maniobrar. Si encima les mete mano a las inversiones oscuras del Banco Vaticano…
Por aguantar la espera con estoica paciencia y por hacer una especie de columna de opinión con banda sonora a estas circunstancias, personales y mundiales: