Es curioso el proceso de aprendizaje. Llevo desde que empecé a escribir estas historias hablando de gente que está por encima incluso de su obra, convirtiéndose en leyendas, parte de la cultura popular más superficial. Si tienes un amigo que es un temerario al volante, es un Fitipaldi, y si tienes uno que forcejea con una guitarra, es un yimijendris, aunque no sepas por qué tiene ese mote.
Por Teodoro Balmaseda
La parada del mes: The Jimi Hendrix Experience. Are you experienced? Año 1967.
El primer contacto con Jimi Hendrix fue en una racha de videoclips de un canal musical. Por lo visto (mi escasa comprensión oral del inglés lo envuelve todo de un aura misteriosa) estaban rememorando los temazos sesenteros y setenteros, lo mejor de la psicodelia y los temas más políticamente comprometidos de la época (Fortunate son, parada obligatoria). Con imágenes en blanco y negro y no muy buena calidad, empezaron a alternarse dos acordes, entró la batería con contundencia, y estalló uno de esos punteos que convirtieron a Hendrix en leyenda. Al ver el rótulo que presentaba al artista, me quedé paralizado. Aquello era como presenciar un milagro, ver la leyenda hacerse música.
Obviamente mi siguiente parada fue consultar la discografía del gran Jimi, me hice con Are you experienced? Y descubrí cómo en un puñado de canciones un tipo es capaz de reinventar un estilo.
Más allá de su capacidad como virtuoso de las seis cuerdas, que creo que es indiscutible, es su ingenio como compositor lo que lo ha convertido en inmortal. Por ejemplo, Manic Depression. ¡Esa guitarra es una locura! Y además mientras canta… con todo respeto al resto de la discografía, y creyendo que no es la mejor canción que dejó, sí que puedo afirmar que esas estrofas me enamoraron de Hendrix.
Hey Joe. Como reinventar el blues, como darle un poquito de octanaje a la distorsión y subir levemente el tempo para sacar un himno que atraviesa la historia y las generaciones. Puro fuego.
Fire. Otra maravilla. En esta ocasión es el bajo en los estribillos, que va hecho una locomotora, el que le da empaque a la canción.
Más allá de la música, que reconozco que me ha hace el culo gaseosa, está el tipo. Sus experiencias en el ejército, sus inicios musicales, las guitarras ardiendo, tocar con los dientes o con la guitarra en la espalda… su banda, Woodstock, más álbumes, y su triste final. Vivió rápido y dejó un agujero del que creo que el rock and roll no se ha recuperado. Podría entretenerme en escribir su biografía completa, pero no podría hacerle justicia, no por lo menos lo que él se merece.
Cualquier persona que quiera tocar la guitarra, chico o chica, juvenil o senior, experimentado o novato, tiene que escuchar a Hendrix, y para poder llamarse guitarrista, se tiene que saber por lo menos un par del maestro. Si no, no se puede decir que sabe tocar.
Por convertirse en un símbolo del rock y ser la imagen de su época, aparte de haber pavimentado una nueva corriente dentro de los guitarristas de todos los estilos: The Jimi Hendrix Experience – Are you experienced ?