Primera vez que hago un aviso por el estilo. A la familia, amigos, fans, simpatizantes o asociados de Boni: Todo lo que voy a decir a continuación es una línea de pensamiento que el tema que han sacado Santi Pekeño Ternasko y compañía ha inspirado. No tengo ningún interés en faltar a su memoria, ni en ofender a nadie. Es cierto que no lo conocí en persona, pero es igual de cierto que ha servido de chispa para encender este reguero de ideas dentro de mi cabeza. Si alguien tiene ganas de mandarme a tomar por el culo, está en su perfecto derecho.
Por Teodoro Balmaseda
Como mis conocimientos de física y de mates caben en la cáscara de una avellana, muchas de las cosas que digo tienen un poso de acto de fe, es decir, he oído campanas y no sé dónde. Sé algo, pero no tengo neuronas para afirmarla científicamente. Sé qué es la gravedad, pero no sé explicarla, por ejemplo. El caso es que el también difunto Stephen Hawking elucubró una teoría sobre agujeros negros, y dijo alguna cosa que me torció el culo. Primero, los agujeros negros no son una especie de prisión eterna para la materia que capturan. En un momento dado, simplemente se disuelven, liberando un montón de radiación de Hawking. Esta radiación de Hawking se calcula con una fórmula que parece arameo antiguo y que requiere conocimientos de física, termodinámica y alguna ciencia que no sé ni pronunciar… pero es irrefutable.
Einstein ya habla de la constante espacio-tiempo. El aquí y el ahora que tú y yo estamos disfrutando mientras pasas estas líneas en realidad nos está apresando. Hay partes del universo más allá del espacio-tiempo. Digamos que el espacio-tiempo es una especie de cuadrícula que la gravedad manipula. Cuanta más gravedad, más la altera. Si por ejemplo pudieras resistir la fuerza de atracción de un agujero negro (librándote de la espaguetización), y mirases hacia fuera, hacia el universo, el resto de estrellas irían a toda hostia, como si el cielo que habrá mañana por la noche sobre tu cabeza se hubiera metido en una batidora. Donde ves unas cuantas constelaciones moviéndose lentamente, verías una especie de destello total, de cielo lleno de lucecitas corriendo a todas partes. Pero, si mirases hacia el agujero, el tiempo se habría detenido por completo.
A raíz de esta idea, hicieron una paralela a la teoría del Big Bang. De pequeño cuando me intentaron explicar esto, decían que toda la materia del universo estaba concentrada en un punto muy pequeño, y explotó, pero no debe ser exactamente así. Toda la energía del universo estaba compactada en una partícula del tamaño de un átomo y, al detonar, la energía empezó a convertirse en materia y antimateria, que se convertía en más energía… y todo este cacao maravillao empezó a salir en todas direcciones… y aquí estamos.
Tengo muy claro que soy materia, porque mi materia está aporreando un teclado ahora mismo, pero también tengo claro que soy energía. Mis ojos captan energía lumínica, mis dedos dicen que el teclado está frío y la lengua me dice que tengo sed. Mi cerebro está tirando chispazos cada segundo. La energía no se crea, ni de destruye, se transforma, pero, si hasta un agujero negro te devora, tu materia tampoco se destruye, se transforma en radiación de Hawking, a lo mejor hay un total de totales, hasta el último átomo, el último Newton y el último fotón del universo forman parte de un todo. Concepto de Spinoza, todo es Dios, aquí sería «todo es todo».
Y aquí viene el amigo Boni. Imagina que cojo un disco de Barricada y le meto fuego, o lo pongo en mp3 y le doy a eliminar. En teoría, ha desaparecido, pero si te digo Estás asustado, tu vida va en ello, en tu mente no sólo aparecen los siguientes versos, sino que suenan con la voz de Boni. No hay soporte físico, más que el de tu cerebro, pero desde lo profundo de tus neuronas, sigue retumbando la música. El día que tu cerebro —y el mío—, sean un montón de polvo, tal vez sigan sonando las guitarras.
El hecho de no poder percibirlo, no quiere decir que no exista. La materia oscura no se puede medir, pero existe. Los neutrinos están atravesando el universo entero, sin poderlos analizar, y existen. Vamos a partir de la base de una energía que no se destruye, la que está dentro de tu cerebro o tu corazón. Cuando ambos hayan parado, a lo mejor esa energía se transforma en otro tipo de energía. Toda la materia que nos hace son restos de estrellas que colapsaron, los antecesores de nuestro Sol.
Voy a tirar una frontera bien grande. No estoy hablando de vivir en una nube si eres bueno o quemarte el culo si eres malo. Estoy hablando de seguir flotando en este sinfín, como estás haciendo ahora encima de este pedacito de roca inundada.
De ahí lo siguiente. La Iglesia siempre ha sido de apropiarse de cosillas, pero se han escriturado todo lo que tenga que ver con el más allá a su nombre, y me enerva a tal punto que escribí una novela sólo para exponer esta idea. ¿Por qué tiene que haber un sistema de bendiciones estándar? Es decir, ¿qué mayor bendición que lo que han hecho estos tíos por Boni? ¿Cómo podemos afirmar que Boni es mortal después de oír este tema? A ver, es posible que la materia de Boni ya no esté, que no podamos interactuar con él, pero sigue estando, y va a seguir estando mientras diga Como un telegrama llegó / la noticia que encendió la mecha… y tú empieces a berrear, aunque la voz rota no te salga tan guay como a él.
No hay consenso sobre el final del universo. Sabemos que el universo se expande, que poco a poco nos iremos quedando aislados en esta galaxia, perdiendo de vista al resto de galaxias, y que la Luna acabará saliendo despedida y vagando por el universo. Antes que todo eso, el Sol se expandirá y nos tragará, y después, una vez que el universo alcance la extensión máxima —imagina un balón botando. Durante un instante, la inercia del bote y la gravedad se equilibran y se queda flotando en el aire—, puede quedarse suspendido, en esa expansión total, hasta que se convierta en algo muy oscuro y muy frío, o puede volver a contraerse hasta regresar a ese estado pre Big Bang. Sea como fuere, nos veremos en la energía, aunque no sé si podremos percibirlo o cómo lo haremos.
Por demostrar el verdadero sentido de la palabra inmortal, por trascender con su arte a sí mismo, no sólo siendo recreado, sino inspirando a otra gente a homenajearlo y, sobre todo por servir de conejillo de indias para mis pajaradas metafísicas —aunque esto te parezca una gilipollez, necesitamos la filosofía en las escuelas—: Lo de Boni.