Saltar al contenido

Historias de Rock con el 8: Greengoat

Hoy vengo encabronado. Sería raro. Como hay que cuidar de la gente que se lo merece, voy a cumplir con el mandato del maño más célebre del siglo XXI, Santi Pekeño Ternasko (discos recientes), y, además a hablar de una común amiga y de una banda asociada a Asaltomata Radio Rock: Greengoat, que son la rehostia. Bueno, voy a hablar de ello en los lapsos que mi enorme ego, que llena cada línea, se lo permita.

Un, dos, tres… ¡Charles!

Por Teodoro Balmaseda
La parada del mes: Greengoat.Charles. 2025.

Para conocer mejor y ver más vídeos de GREENGOAT, haz click con el ratón >>>AQUÍ<<<..!!

(Si quieres sumarte con tu grupo a este proyecto de difusión asociativa, manda un correo a info@asaltomataradiorock.com, escribiendo  en “ASUNTO”  #BandasAsociadas)

Técnicamente no es un trabajo, es más un single de adelanto, pero es la segunda cosa que más me gusta hacer: saltarme normas, aunque sean implícitas (lo que más me gusta hacer es hablar sin tener ni puta idea. Llevo más de setenta entregas demostrándolo desde Samper de Calanda para el mundo y todavía no me han echado).

Podría centrarme en escribir de música y en hacer un departamento estanco, como si Greengoat fuera una estación espacial en órbita, desconectados de la realidad, pero ese no es mi estilo. Estoy bastante harto ya de la nomenclatura «generación de cristal» y, si quieres encabronarme, di «trabajo duro», o «cultura del esfuerzo», que te mando a la mierda antes de que Santi Pekeño Ternasko se mese la perilla.

El otro día sale la estadística, el 80% de los jóvenes (ojo, joven ahora es de cuarenta para abajo) tiene que pedir ayuda económica para pagar el alquiler. Se han disparado los precios (cuanto más grande la ciudad, más bestia) de tal forma que ganan por debajo de su alquiler, aún trabajando a jornada completa. Puedo decirlo con conocimiento de causa: en el madrileño Barrio de las Letras, 800€ una habitación.

Claro, pronto tenía que salir el gilipollas de «currando todo se hace». Doy un dato, y pasamos a la música de una vez: en el año 96 cobrar unos 900€ estaba bien, sin más. Hoy tienes millones de personas ganando exactamente lo mismo. En el año 96 podías comprar un piso nuevo, majete, en una zona aceptable, por unos 60.000€. Ahora, por el triple, tengo serias dudas. ¿Tan difícil es de entender que la especulación va en Ferrari y los sueldos en un burro cojo? Entiendo que diga eso Ana Rosa y sus cuarenta pisos turísticos, pero tú, que eres vecino mío de barrio y tienes un Audi… con medio millón de kilómetros y el piso a medio pagar… Tú, que andes defendiendo esta salvajada con «es el mercado, amigo» … la capacidad del humano de ser gilipollas es más grande que el universo conocido.

Entrando en harina, Ruth es una batería admirable, y punto. Lo he dicho muchas veces, y va otra. No he conocido a nadie detrás de un bombo que le saque tanto partido a un charles. Si la oyes, tienes la sensación que ha montado una batería enorme, como Iron Maiden, y nada de eso, con media docena de platos mal contados, es capaz de hacer magia. Mi obligación como artista es tratar bien a mis colegas, pero no lo diría si no lo sintiera: Greengoat está evolucionando.

En sus trabajos anteriores —que los tengo vigilados—, ese ritmo stoner con guitarras crudas, con esa distorsión lentilla y corrosiva, era monolítico. Charles, ya es otra cosa. Están perdiendo esa aura de White Stripes leñeros. El puente, que es una especie de estribillo instrumental, pisa la frontera del thrash metal, acelerando un poco el paso, para darle batida a la voz de Iván y lanzar cada estrofa como si fuera el rugido de un coche deportivo en una carretera nocturna. Un reflejo, un espejismo, pero recuerda al Midnighthour, de Billy Idol.

Ya no estoy tan cabreado, pero sigo un poco jodido. No por los esforzados idiotas, sino porque me acaba de pasar otra cosita. Iba a presentar mi novela Candelarias de la Virgen a un premio para libros publicados. Esta novela la saqué en noviembre de 2023, y el certamen de 2024 se cerraba el 28 de febrero. Yo la presenté a mediados de marzo. Absolutamente imposible porque va tarde. Como sigo creyendo en la raza humana, me lo apunté para volver a presentarme esta semana. Envío todo por mail, limpito y bien mandado, y me responden pidiendo el teléfono. En cuatro palabras escupidas, no pronunciadas, como si le hubiera dejado alguna cerveza sin pagar «este certamen sólo es para novelas presentadas en 2024». Al decirles que es mala suerte, que fíjate el año pasado por un par de semanas, que es un poco injusto… «Pues es así». Y teléfono colgado, así por el mismo precio, ni dejamos constancia en ninguna parte.

Seré de cristal, pero tengo orgullo por lo que hago, y por las horas que dedico a juntar letras, como Greengoat, que es una banda de las más prolíficas que vas a escuchar este año, y me toca las bolas hasta el perineo que me hablen como si esto fuera una mierdita que se hace en una tarde tonta.

Por reivindicar nuestra categoría de artistas, siendo además una banda que es un manar constante de música, y por aguantar mis berrinches de generación de cristal (quien piense eso puede pasarme la lengua por mi solemne ano): Greengoat – Charles.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.