En las setenta historias que comparto con el venerable Santi Pekeño Ternasko (al que le deseo lo mejor sin esperar a cambiar de año), he rescatado grandes discos que me han cambiado la vida, o novedades que me han volado el coco, pero hoy traigo uno que lo tenía en el desván de mi memoria, en la lista de tareas pendientes, y que las circunstancias me han puesto a huevo.
Por Teodoro Balmaseda
Corría el virtuoso año de 1998 o 1999 y yo, después de haber descubierto a MetallicA y SKA-P, quería más. No tenía ni puta idea de heavy, de rock, o de punk, pero este rollo ska me sonaba muy divertido. El caso es que me cae una cinta TDK de 90’ (si no tienes canas te va a sonar a la casete para que suene como en la discoteque) de unos depravados, Agua Bendita, que farfullan blasfemias. Como ahora resulta que decir felices fiestas o hacer una parida con una estampita es una ofensa terrible, pues me viene al pelo.
Ten cuidao con el punki de la esquina / que tiene el pelo lleno de resina / Ten cuidao con el heavy de al lado, que tiene el pelo muy bien peinado. Joder, cuando pienso que hace 25 años de eso… sigue nítido en mi memoria, pero de aquel mundo no queda una puta mierda ya. Volar ya me molaba más, no era tan fiestera, era más metal, y acababa de descubrir a Hammett…
Voy a poner las cartas sobre la mesa. Estoy bautizado, comulgado y confirmado. En la tabla del 7 hago aguas, no distingo el sujeto en «me gusta el verano»… pero de misas sé un rato, no por pasión, por machaque.
Billy Joe, pero no el que se cortó un dedo en el aserradero, es otra parida de estos mendas. Entre la aguja gigante de Pulp Fiction y canciones así, me acabaron metiendo el miedo en cuerpo, y le quitaron ese aura místico, de experiencia sobrenatural, que inevitablemente se tiene de las drogas a ciertas edades. Esta gilipollez fijo que no se le ha ocurrido a nadie, pero estos grupos educan a la vez que entretienen.
Suena de fondo El dolor que siente un burro cuando le tiran del rabo es el dolor que siento yo cuando de ti me separo. ¡Qué hermosa poesía! ¡Qué entrañable metáfora! Si me dices algo así, soy tuyo desde el primer hola. Pero la sonrisa me ha durado poco. Estoy pensando en los gilipollas de la estampita de los cojones. Primera gilipollez: «a ver si con Mahoma te atreves». Yo no he visto a Mahoma con el bus del odio, el de «que no te engañen», ni poniendo el grito en el cielo porque invertidos, tortilleras, sarasas y maricones puedan emparejarse… ¡Y lo llamen matrimonio! Pero hombre, por el amor de Dios…
Yo conocí a un argentino que, en el partido del gol de todos los tiempos a los ingleses, lo llamaron «la mano de Dios», y no lo excomulgó el Papa. Ese mismo país tiene otro que lo llaman el Messías, y aquí estamos, a lo mejor porque el Papa es argentino y le tiene pelotilla. Pues hay un tal Lemmy Killmister que también le han hecho la parida con el sagrado corazón, en foto y hasta en alguna estatua, y que yo sepa ni el catolicismo ni el heavy metal peligra.
Semos Agua Bendita / y queremos que el Papa dimita. Mejor banda sonora, imposible. La religión debería estar lejos de la política, pero es que la religión la hacen humanos, como la política. Las religiones, por lo menos las grandes religiones monoteístas, han tenido fases más o menos transigentes y fases fundamentalistas. El tema es que en Españistán se hizo un experimento ultrarreligioso y fascista y, cuando nos levantamos una buena mañana demócratas de toda la vida, como Fraga, toda esta roña ultraconservadora se ha quedado como un ancla, evitando cualquier cosa que nos saque de nuestro adorado medievo.
Los Agua Bendita gritan Libertá, como si no fuera una idea casi utópica. Vamos a dejar de lado el universo no cristiano, el ateísmo, el resto de religiones… y hasta la metafísica. La clave de la experiencia religiosa es que, por mucho espectáculo que le pongan los telepredicadores, es una experiencia individual. Si quieres creer en la trascendencia del alma, es como si te emociona un atardecer en el Ártico, un gol del Logroñés o el David de Miguel Ángel. En el momento que cualquier tema religioso, metafísico, o espiritual se hace colectivo deja de ser una experiencia y se convierte en un ritual. Y punto. Siguiendo los evangelios, en mis escasos conocimientos, Cristo dijo, en Juan 15,11: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado». No dijo nada de los gays, ni de las vaginas. Ni de las estampitas. Ni de los edificios de madera y piedra (bueno, sí que dijo, pero en un evangelio apócrifo).
Repito, cegado en una visión cristiana, como si no hubiera vida más allá de versículos y homilías, el espíritu de Cristo no tiene nada que ver con tratar de empapelar a la de la estampita, porque, si la experiencia religiosa es una cosa individual, ¿qué cojones te importa lo que diga la gente? Por ejemplo, si estoy oyendo A tu lado y tengo una sonrisa romántica adolescente dibujada en mi hermoso rostro, ¿qué me importa si el disco te gusta o lo aborreces? Estoy compartiendo mi experiencia individual.
Despejen también da juego. Estamos en una jurídicocracia donde te puedes pasar dos años esperando un juicio, pero un tarado creacionista que cita a Hitler pone una demanda y se admite en un parpadeo. Claro, una feminista, que encima no cumple su rol de buenorra de peli de acción, poco más que un florero, con otro menda que saluda en euskera y encima habla de vivienda. Partiendo de la base de que Cristo existió tal como dicen las escrituras —por tumbarlos con sus armas—, que se quiten el nombre. Estos tíos en lo único que podrían haber intervenido en la Biblia es en hacer parir a una desgraciada en un portal por no tener para pagar la renta. Por desgracia, estas asquerosidades sí que se oyen a diario y los Abogados Cristianos no tienen tanto cristianismo que aplicar. Vivan las estampitas le Lemmy Killmister. Si te molestan, o no lo has entendido, o a ti lo que te mola es el ritual, el estar en mitad de la muchedumbre, y te la pela cualquier relación espiritual. Como los pijines que sienten una devoción tremenda por la Semana Santa… para ver si ligan por ahí
Por rememorar un disquito que no he mencionado mucho, pero me encanta, y por poder exponer mi postura (me da igual si suena a tibio, sólo trato de razonar, y de exigir vueltas al coco o trabajo espiritual a quien quiera presumir de religioso):
Agua Bendita – Amén.