Sin el nuevo disco publicado y pendiente de que el panorama de la música en directo se aclare para reanudar la gira interrumpida en 2020 de Ñu, José Carlos Molina emergió en el centro de Madrid el pasado 18 de junio con el impulso para normalizar nuestras vidas y, de paso, cumplir su misión de presentar nuevas canciones de su proyecto en solitario junto a celebrados hits de la banda que ha marcado su carrera en el último medio siglo en unas condiciones dignas.
Por Javier del Valle
Lo mejor que nos llevamos a nuestro baúl de los recuerdos fue una noche con un sonido casi perfecto, gracias a las condiciones acústicas del teatro EDP Gran Vía. No todo iba a ser malo en esta época de restricciones; muchas bandas han llevado sus espectáculos a estos recintos, antaño hostiles para los grupos de rock, y algunos nos hemos acostumbrado a la falta de calor ambiental, suplida por la calidad sonora y la comodidad de las butacas (y es que ya vamos cumpliendo años).
Me acuerdo que cuando presentó su último DVD en directo en rueda de prensa, el artista madrileño habló, con su habitual sinceridad, de la incomodidad de las salas de conciertos para desarrollar su espectáculo. Supongo que ya estaba pensando en darse el capricho de tocar en un teatro e idear un show a su gusto, alejado de las presiones organizativas de esos conciertos aniversario y de grabación en los que ciertos mánagers crean una agenda de invitados para envolver su producto en papel de regalo.
Molina se encuentra en excelente forma -hay quienes bromean de un supuesto pacto diabólico- y está muy bien rodeado por músicos eficientes, alguno de ellos componentes de la actual formación de Ñu: Óscar Pérez (batería), César Sánchez (bajo), Juanmi Rodríguez (teclados) y Luis Calzada (tremendo guitarrista). Puntualmente, adornaron las melodias el saxofonista Pepe Moreno y Kiara Rubio (violín)
En el repertorio descubrió los nuevos temas en solitario de Molina, entre ellos “Conduciendo”, inspirada en el confinamiento, o “Carlos nublado”, hasta ahora el único adelanto del disco disponible en YouTube. Se trata de un ejercicio de celebración de la melancolía que se aleja del concepto habitual de Ñu .
No obstante, una de las canciones más celebradas de la carrera de Ñu tiene también ese aire melancólico y vacilón, “Tocaba correr” (¿quién no se identifica con esta tonada?), aunque antes habían sonado temas más heavies como “Sé quién” o “Manicomio”.
Y el evento se tornó en un desfile de clásicos del grupo matriz, en formato un tanto más reducido y con aires de celebración. El rebelde protagonista de la velada ya nos había animado a evitar que los protocolos sanitarios convirtiesen la noche en un velatorio. “No hay ningún loco”, “El tren” o “Más duro que nunca” dieron paso al bis con la repetición de “Calor Nublado” y “El flautista”.
Nos hubiese gustado contar con el nuevo disco entre las manos; esperemos que se den las condiciones para su publicación y que José Carlos tenga oportunidades para programar nuevos eventos con su proyecto en solitario. De momento, actuará con Ñu en Huelva el 30 de julio compartiendo cartel con una banda formada por ex miembros de la mítica Electric Light Orchestra (E. L. O.).
Texto. Javier del Valle
Fotos: Nacho Jordán y Javier del Valle